Hoy iba a ser una jornada muy especial ya que nos visitaba de nuevo Rubén, un malagueño amigo mío que no duda en hacerse kilómetros para pasar un buen día de campo y caza.

Con puntualidad inglesa quedamos a las siete de la mañana en la cafetería de siempre.

Tras meter los bártulos y demás, nos metemos en el coche rumbo al coto.

Rubén quiere dar la zona de la sierra primero para que los perros desfoguen y luego cazar los olivos y montecillos mas tranquilamente.

Rubén trae a Kira, una podenca andaluza que trastea bastante bien el campo... Entre ella y mi Kira intentaremos dar caza a conejos, liebres o perdices.

Empezamos dando la sierra como queria Rubén... Es una sierra muy apretada donde es prácticamente imposible andar... Hay perdices en ella y conejos pero es muy difícil poderlos tirar por lo cerrado del monte.

Damos una zona de monte sin ver rastro de conejos y perdices... Solo alguna torcaz que sale de su dormidero en busca de comida.

Nos dirigimos al coche para dar otras zonas mas despejadas.

Es cuando viene la anécdota del día... Voy a echar mano de las llaves del coche y no las tengo...!! ¡¡Ruben, las llaves están en la mochila, dentro del coche!!

Es la primera vez que me dejo las llaves dentro, ya que siempre me aseguro de llevarlas antes de cerrar las últimas puertas que son las únicas que se cierran manualmente...

Intentamos abrir la ventanilla y la puerta como sea pero no hay solución... La llave de repuesto está en Cáceres y no tenemos ni siquiera alambre para poder subir el pestillo del seguro.

LLamo a mis padres para preguntarles si el seguro que tenemos cubre las lunas del coche... Estos me dicen que si, y no me lo pienso... Empiezo a pegarle porrazos al cristal mas pequeñito del coche con una piedra!! Le daba y le daba y el cristal no se rompía hasta que Rubén de un solo leñazo hace el cristal polvo... ¡¡Como se nota que el coche no es tuyo!!

Con el cristal roto por fin podemos abrir la puerta y recuperar las llaves.

Es muy temprano y este contratiempo no nos va a estropear la mañana.

Dejamos el coche en una zona un poco escondida... Al coto no va nadie y el coche esta lejos de la carretera... Podemos empezar a cazar.

Damos algunas manchas de chaparros y los cerezos donde el domingo pasado me hice con una liebre, pero no damos con nada... Lo que si estamos viendo son muchos zorzales saliendo de los olivos... Esperemos que aguanten hasta el domingo.

Vamos andando por unos olivos muy querenciosos para la caza donde es raro no ver nada.

LLegamos hasta un pequeño regato seco... La zona se cierra un poco y es posible que haya alguna pieza cerca...

De pronto mi perra se arranca a pocos metros de mí con una liebre!! JAI JAI JAI!! Corren las dos para la parte superior de los olivos!! Veo la liebre pero está muy tapada y se dirige hacia Rubén... ¡¡Ahí va la liebre Ruben!! Ruben encara y suelta tres tiros algo largos y la liebre sigue corriendo...

Me comenta que si hubiera estado solo dos filas de olivos mas cerca, la podía haber abatido.

Seguimos andando atentos por los olivos... La temperatura es muy buena y los perros aguantan muy bien.

Parece que no hay más movimiento en la zona y cambiamos... No sin antes dejar una paloma casera que nos entra " a huevo"

Estamos ahora andando por un barbecho de trigo con dirección a un montecillo muy bonito... De pronto mi perra levanta un bando de perdices muy largo que vemos que se dirigen a unos olivos pequeños que tenemos a nuestra derecha.

Sabemos que mínimo cuatro han parado allí y no perdemos el tiempo... ¡¡A por ellas!!

Entramos en los olivos... Rubén va por la parte superior del olivar mientras yo me coloco en la parte inferior y un poco mas adelantado para intentar pillar a alguna por sorpresa.

Rápido escucho un disparo de Rubén y me poco en alerta!! No veo volar ningún pájaro y continuo poco a poco hasta el final de los olivos.

LLego al final de los olivos donde me espera Rubén... Me comenta que ha tirado a una pero la ha fallado...

Planeamos una nueva estrategia. Yo voy a dar un rodeo de abajo a arriba mientras él tiene que ir subiendo por el último pasillo de olivos hasta llegar al último y allí pararse.

Empiezo a bajar para luego ir subiendo poco a poco dando un rodeo... Poco tarda en calentarse la perra... Las perdices están allí pero todavía no las veo.

Estoy llegando a la parte de arriba del olivar. El desnivel es importante pero las perdices tienen que estar allí... De pronto veo como tres perdices salen a mi pasillo a peón y largas!! A esas tres se suman otras cinco más!! Y todas a peón van dirección a Ruben que supuestamente está en el pico del final.

Las voy manejando para que no se dejen caer y sigan en linea recta... Esto me hace andar rápido y se nota el repecho!!

Cada vez están mas cerca del final de los olivos donde las espera Rubén... Yo aprovecho para bajarme un poco y prepararme para el tiroteo inminente...

No se escuchan tiros y las perdices están en el final!! Me acerco y mi perra las levanta!! Me entra una que me pilla detrás de un olivo y solo consigo disparar un tiro y no le saco pluma alguna...

El bando se desperdiga por todos lados menos por los olivos... ¡¡Pero donde está Rubén!!

Me bajo un poco y lo veo que se había metido en un monte cercano!! Resulta que la perra suya se había calentado y el se había metido pensando que estarían allí...

Con lo bien que me había salido la jugada... Anda que... Para matarlo!!

Rápido nos ponemos a buscarlas por donde creemos que han ido a parar... Vamos dando los manchoncillos que hay alrededor y no vemos nada... ¡¡Estas estan en el arroyo Rubén!! ¡¡Hazme caso!!

Nos dirigimos hacia un arroyo muy bonito con monte bajo donde pienso que han ido a parar algunas.

Él va por la parte de arriba mientras yo doy la parte de abajo.

Veo a la perra que empieza a calentarse cuando estamos llegando al final de ese manchoncillo... De pronto ¡¡PRRRR PRRR!! Se arrancan dos perdices solas algo largas y no dudo... De nuevo me encaro y les mando dos cartuchazos que tampoco dan con ninguna de las dos...!!

Hay que ver que mala suerte estamos teniendo. La caza que levantamos nos sale larga o tapada...

Continuamos dando los montecillos pero no volvemos a dar con ellas... Estamos algo cansados y decidimos poner rumbo al coche por los olivos.

LLevamos unas seis horas caminando y vamos entre los olivos medio muertos... Seguimos viendo zorzales pero ni rastro de perdices ni liebres...

Tan cansados vamos, que solo queremos llegar al coche para comer y parece que no lo vemos nunca.

Por fin llegamos a él y rápido nos ponemos a preparar lo que sería lo mejor de la jornada, el taco!!

Habladurías, historias y anécdotas acompañadas de tortilla, filetes, jamon, queso y muchas más cosas serían lo que de verdad mereciera la pena en la jornada de hoy donde desgraciadamente, no hemos podido hacernos con ninguna pieza.

De nuevo ha sido un placer compartir un día de campo y caza con el amigo Rubén... Y espero que volvamos a compartir pronto otro ratito en el campo.

Video.